Hay
una pregunta que siempre nos hace todo el mundo cuando se entera que somos pintores profesionales en Burgos: ¿Qué
pintura debo usar en mi casa? ¿Temple o plástica? ¡Ojalá todas las decisiones
se limitaran a elegir entre sólo dos posibilidades! Pero en lo tocante a
pintura, las posibilidades que tenemos para elegir son, por fortuna, muchas
más, porque no todas las superficies son iguales y cada una de ellas, de las
superficies, requiere una pintura y una técnica diferente para que quede
perfecta.
La gran ventaja de la pintura al temple es, sin la menor duda, su precio. Es
una pasta densa que se compra en sacos y que se ha de mezclar con agua antes de
aplicarla. La pintura al temple original es de color grisáceo que, al secarse,
se vuelve de color blanco mate. Utilizando los tintes apropiados se pueden
conseguir un montón de colores diferentes, pero nunca podremos lograr colores
brillantes y vivos. Por lo general, los pintores
profesionales en Burgos, utilizamos el temple únicamente para la pintura de
techos.
La variedad de colores y tonos que nos permite la pintura plástica es
infinitamente mayor. Además, los grandes fabricantes le dan a cada tono un
código de números, de modo que si, al cabo de algún tiempo, quieres aplicar
algún retoque, no tienes más que recordar ese código para conseguir el mismo
tono. Su otra gran ventaja es que las paredes pintadas con plástica son, una
vez que se ha secado la pintura, perfectamente lavables: con un paño
ligeramente humedecido se pueden quitar las manchas más habituales.
Pero cuando en Alos
recibimos el
encargo de pintar una casa, hay que estudiar muy bien las superficies antes de
decidirnos por el temple o la plástica… o las acrílicas, o las anti-moho, o una
imprimación…